2006-09-17

Reconstrucción de ligamentos

El martes de la semana pasada me operaron de ligamentos. Esto me pone a la altura de los grandes deportistas del mundo :-). Les cuento día a día como fue la operaración y como viene el post-operatorio.

Antes de la operación


Me vieron ¡5! traumatólogos distintos entre Bariloche y Buenos Aires. Como tengo articulaciones laxas, el primer día no quedaba claro si tenía el ligamento cruzado anterior de la pierna derecha roto o no. Pero entre la espera y la resonancia magnética, fueron lapidarios. La resonancia magnética decía que estaba todo bien salvo por un detallecito:
Disrupción parcial del ligamento cruzado anterior

La parte de "parcial" me dio esperanza, pero los últimos 2 traumatólogos fueron lapidarios. "No hay rotura parcial del ligamento cruzado anterior, está roto o no", dijeron.
Y me dijeron que lo mejor que podía hacer es operarme, así que me fui preparando para ser carneado. También hice todos los exámenes prequirúrjicos correspondientes.
OSDE cubrió todo salvo las muletas y la férula. Por si no saben que es una férula, la RAE dice que una férula es una "Tablilla flexible y resistente que se emplea en el tratamiento de las fracturas.". Por suerte, uno de mis jefes ya se operó de ligamentos hace como 5 años y tiene todos los implementos ¡y me los prestó! (grande Guido).
Como no voy a poder moverme por como 2 o 3 semanas a partir del momento de la operación, también traje la compu del laburo a casa (el Visual Studio 2005 no anda ni por puta en la carcacha que tengo acá). Así que voy a estar productivo antes de poder caminar de nuevo. Mejor así, sino me pegaría un embole bárbaro.

El día de la operación


El lunes a la tarde fui a ver al cirujano que me dio todas las instrucciones pre-operación:

  • "Te operamos a las 19:30 en la clínica San Camilo, tenés que internarte a las 18hs."

  • "Afeitate la pierna, 15 cm para arriba y 15cm para abajo de la rodilla."

  • "Tenés que estar en ayunas de sólidos desde las 12hs."

  • "Tenés que estar en ayunas de líquidos desde las 14hs."


Como soy un niño responsable, hice todo esto (la verdad, me dio un poco de hambre, pero que puedo hacer). Así que llegamos con mi mujer a la clínica a las 18hs y me interné, habiendo hecho todos los deberes.
Cuando entramos a la habitación la enfermera me indicó que para la hora de la operación tenía que estar vestido con una especie de camisón para operarme. El coso ese es igual al que me hicieron poner cuando me operaron de apendicitis, así que todas las personas a las que hayan operado sabén de lo que estoy escribiendo.
Alrededor de las 18:45hs apareció en la habitación un señor vestido de traje, muy confianzudo, que empezó a revisarme sin decir nada. Como parecía que sabía lo que estaba haciendo, y estaba mi mujer controlando todo, estuvo como 5 minutos revisandome antes que le pregunte: "¿Y vos quién sos?". Ahí me dijo que era el anestesista (cosa que después confirmé, porque estaba en el quirófano, distrazado con el mameluco correspondiente). Bueno, el chabón chequeó y estaba todo en orden.
Alrededor de las 19:10 vino una enfermera a chequear mis "signos vitales". O sea, a tomarme la presión y el pulso. Todo en orden, 12-6 de presión y ni idea del pulso (seguramente bajo, ya que estaba acostado hacía un rato).

La operación


Aunque yo todavía podía caminar bien (bah, no tan bien, pero tampoco es que estuviera como ahora), vino un enfermero a buscarme con una camilla. Esto es parte del show, la verdad es que no hacía falta pasearme en camilla por todo el hospital. Mi habitación estaba en el primer piso y el quirófano en el cuarto, así que anduve en ascensor y todo.
Llegué al quirófano y estaba el chabón del traje, pero ahora vestido de médico o algo así (el disfráz típico de quirófano). Ahí me enchufaron el suero, por donde me darán la anestesia.

El bloqueo femoral


Como parte de la anestesia me hicieron un "bloqueo femoral". El procedimiento consiste en meterte un cable en la pierna (justito al lado de la ingle) y electrocutarte el nervio así movés la pierna y saben dónde queda; y después inyectarte andá a saber qué, que hace que ese nervio no ande por un par de días. Según el cirujano, ese bloqueo femoral es lo que hace que al día siguiente no esté llorando del dolor. Como yo le temo mucho más al dolor que a la muerte, por supuesto que estuve contento que hagan esto.
Ah!, no les conté. Como soy un cagón, elegí que me hicieran anestesia general en vez de la peridural, así que de la operación no les voy a poder contar nada.

Después de la operación


Me desperté y estaba en el quirófano, ahí me dijeron que estaba todo bien y que la operación fue un éxito (lo que más me puso contento es que no se les murió el paciente). Me recordaron que iba a tener unos chuchos de frío y me mandaron para la habitación.
Hice de nuevo el recorrido en camilla, pero esta vez sí lo necesitaba. Llegué y estaban mi mujer, mis viejos y Cristo. Me acostaron en la cama y, en cuanto lo vi, hice sacar al crucufijo de mi vista. Ahora supongo que estará en algún cajón de la habitación de la clínica.
En la rodilla tenía enchufada una manguera por donde salía sangre y en la mano otra por donde entraban suero fisiológico, antibióticos, analgésicos y compensador gástrico. Así que la salida y entrada de líquidos estaba compensada (por el momento).
Me empezaron a dar chuchos de frío (duraron unos 20', tal como me habían avisado) y emepcé a recuperarme de la operación. Todavía me quedaba una hora para poder comer algo y la cocina ya estaba cerrada, así que mi viejo fue a comprarme 2 yogures. Todavía no los podía comer, pero ya tenía hambre (no comía desde las 12 y eran las 12). Al ratito mis viejos se fueron.

La primera noche


Alrededor de la una, me tomé un tesito y el yogur bebible, mirando la tele. Por suerte encontramos un poquito de una peli erótica, así que me pude relajar un toque (la verdad, después de hacer zapping un rato, no me arrepiento de no tener tele en casa). También me agarraron ganas de mi primer meo nocturno. Como no me podía ni mover, me trajeron un papagayo (es como una botella con un lado medio plano) para que me eche ahí el meo. Salió como un litro de meo oscuro, oscuro y con mucho olor a medicamento.
A las 2 AM a mi mujer le dio sueño y exigió irse a dormir. Yo no tenía nada de sueño pero no me quedó otra.
Como estaba enchufado al suero, cada hora y media me agarraban unas ganas bárbaras de echarme un cloro, así que esa noche desperté como 4 veces a Agustina para que me alcanzara el papagayo y mear. ¡Mi mujer es una santa!

(Continuará......)

Update: Conté el final de mi recuperación en Reconstrucción del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha - Epílogo

2 comentarios:

Gustavo dijo...

No me sorprende que le tengas más miedo al dolor que a la muerte. Por lo que recuerdo de una conversación que tuvimos allá por los ´90, sos inmortal.

aurelianito dijo...

Creo que el que afirmaba que es inmortal es Fernando. Su frase era: "es imposible que me pruebes que soy mortal". Y cuando le decías que lo matabas te contestaba que no te quedaría a quién probarle nada.