2014-03-16

Cabeceo, técnica y táctica

En muchas milongas es de mala educación acercarse directamente a una persona y preguntarle si quiere bailar. Yo entiendo que es porque si no quiere, la forzás a elegir entre 2 opciones que son una cagada. La primera es bailar con vos de todas maneras y la segunda es exponerlos a ambos a que quede claro que no quiso bailar con vos.
Para evitar esto, existe un procedimiento que se llama cabeceo y es así (en su forma heteronormativa):

  1. Hombre y mujer establecen contacto visual.
  2. El hombre, sin romper el contacto visual, inclina su cabeza levemente hacia la pista.
  3. La mujer, sin romper el contacto visual, asiente con la cabeza.
  4. El hombre, sin romper el contacto visual, se acerca a donde la mujer esté sentada.
  5. Ambos van juntos hacia la pista.
Aunque parezca bastante machista, en realidad no lo es. El secreto está en el contacto visual. Si alguno de los 2 no quiere bailar con el otro, todo lo que tiene que hacer es romper el contacto visual. Así la otra parte sabrá que no quiere bailar y evita el escarnio público del rechazo (el rechazo en sí me parece que es inevitable).
Ahora la táctica. Si sos mujer y querés bailar, lo que tenés que hacer es:
  1. Estar bien sentada, tu postura corporal es lo que nos dice si querés bailar o no.
  2. Prestá atención a los bailarines con los que querés bailar, y tratá de establecer contacto visual con ellos. Si estás hablando con la chica que está sentada al lado tuyo, sin prestar atención a tu alrededor, es mucho más difícil invitarte a bailar. Esto es especialmente importante durante el primer tango de la tanda. 
Si sos hombre, 
  1. Tenés que hacer que te vean. Para eso en muchas milongas es normal circular por el pasillo (o borde de la pista)
  2. Salvo que tenga mucha confianza con la bailarina, o estés en una milonga que el cabeceo no se use, no invites a bailar a alguien sin seguir el procedimiento de arriba.
El procedimiento de arriba sirve para evitar malos entendidos. Si 2 bailarines invitan a la misma bailarina. La bailarina va a mantener contacto visual con el que haya elegido, y el otro podrá retirarse sin que nadie se de cuenta lo que pasó. Lo mismo si 2 bailarinas piensan que las invitó el mismo bailarín.

Nos vemos en las milongas,
Aureliano.

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