En muchas milongas es de mala educación acercarse directamente a una persona y preguntarle si quiere bailar. Yo entiendo que es porque si no quiere, la forzás a elegir entre 2 opciones que son una cagada. La primera es bailar con vos de todas maneras y la segunda es exponerlos a ambos a que quede claro que no quiso bailar con vos.
Para evitar esto, existe un procedimiento que se llama cabeceo y es así (en su forma heteronormativa):
- Hombre y mujer establecen contacto visual.
- El hombre, sin romper el contacto visual, inclina su cabeza levemente hacia la pista.
- La mujer, sin romper el contacto visual, asiente con la cabeza.
- El hombre, sin romper el contacto visual, se acerca a donde la mujer esté sentada.
- Ambos van juntos hacia la pista.
Aunque parezca bastante machista, en realidad no lo es. El secreto está en el contacto visual. Si alguno de los 2 no quiere bailar con el otro, todo lo que tiene que hacer es romper el contacto visual. Así la otra parte sabrá que no quiere bailar y evita el escarnio público del rechazo (el rechazo en sí me parece que es inevitable).
Ahora la táctica. Si sos mujer y querés bailar, lo que tenés que hacer es:
- Estar bien sentada, tu postura corporal es lo que nos dice si querés bailar o no.
- Prestá atención a los bailarines con los que querés bailar, y tratá de establecer contacto visual con ellos. Si estás hablando con la chica que está sentada al lado tuyo, sin prestar atención a tu alrededor, es mucho más difícil invitarte a bailar. Esto es especialmente importante durante el primer tango de la tanda.
Si sos hombre,
- Tenés que hacer que te vean. Para eso en muchas milongas es normal circular por el pasillo (o borde de la pista)
- Salvo que tenga mucha confianza con la bailarina, o estés en una milonga que el cabeceo no se use, no invites a bailar a alguien sin seguir el procedimiento de arriba.
El procedimiento de arriba sirve para evitar malos entendidos. Si 2 bailarines invitan a la misma bailarina. La bailarina va a mantener contacto visual con el que haya elegido, y el otro podrá retirarse sin que nadie se de cuenta lo que pasó. Lo mismo si 2 bailarinas piensan que las invitó el mismo bailarín.
Nos vemos en las milongas,
Aureliano.