2012-11-27

Cómo empecé a hacer stand up

El otro día fui a ver a un amigo a hacer standup y eso me inspiró para escribir un monologuito sobre algunos aspectos del tango como baile social. Cualquier parecido o divergencia con la realidad es pura coincidencia. El título del mismo es "Cómo empecé a hacer stand up"

Hola,
yo soy Aureliano, sí mis viejos me la hicieron complicada, y bailo tango.

Ustedes se preguntaran como puede ser que baile tango. (con voz de viejo todo encorvado) No tengo 80 años, soy carilindo (guiño de ojos), parezco un cantante de glam de la década del 80, o me parezco a Jesús (peinado a 2 aguas mientras miro el piso, cuando termino miro al público).

Bueno, ¿cuántos de ustedes bailan tango? (Mirando al público)

Veo que no hay nadie (o hay muy poquitos) que saben bailar tango acá. Pensé que estábamos en la cuna del tango, donde nació Gardel, donde compusieron la Cumparsita, donde se ponía en pedo Piazzolla (pausa). Buenos Aires es la cuna del tango. Bueno, les voy a contar un poco como funciona todo esto porque sino no van a entender ningún chiste.

El baile del tango viene en dos sabores, escenario y salón. El tango escenario es el que pueden ver en un teatro, o en Caminito un domingo al mediodía. Una o más parejas haciendo piruetas.  Los chabones, (reflexionando) ¿chabón si que es una palabra tanguera, no?, los chabones disfrazados de muñeco de torta, con una flor roja en el ojal. Las minas con medias de red y un vestido largo rojo con un tajo al costado (señalo con el brazo opuesto haciendo el recorrido del tajo) que les llega hasta la axila. Bueno (pausa), yo no hago eso.

Lo mío es el tango salón, o tango social. Ese tango es el tango que bailaban nuestros abuelos, rechazaron nuestros padres. Se baila en unos lugares que se llaman milongas. Yo tengo identificados tres circuitos en los que clasifico a las milongas.

El primero es el turístico, es el que más conoce la gente que no baila. Suelen ser milongas que están por el centro. Hay principalmente turistas de todo origen, edad, sexo, nivel de baile y peso.También hay argentinos tratando de rapiñar algo, ¡cuándo no!. Hay profesores y profesoras de tango buscando alumnos, gente que alquila alojamiento, taxi-dancers, que son algo así como las putas del baile. Algún o alguna patadura no quiere planchar en la milonga y le paga a un bailarín o bailarina para que los baile. Y, como no, siempre hay alguien en busca de sexo ocasional (cara de inocente) y/o un viajecito a Europa desde arriba.

El segundo circuito es el de las milongas de viejos. Éstas abren generalmente más temprano y son en lugares como el Cuartel de Bomberos Voluntarios de Lanús. Estas milongas son extrañas. No hay nada más bizarro que ver a una señora de la edad de tu abuela vestida con un traje de leopardo pegado al cuerpo, al lado otra que está con una minifalda y con ellas una tercera que en un traje largo parece un matambre. Acá no van a encontrar ni un turista.

Por último está el circuito joven. Aunque su epicentro está por Palermo, también es fuerte por la zona de San Telmo. Hay un montón de turistas en este circuito, y también un montón de argentinos y argentinas, y, como dice el nombre, acá vienen el grueso de la gente de menos de 40. Este circuito se caracteriza por la violencia de las patadas que se propinan en la pista. Por ejemplo el otro día presencié como una mina tiró un voleo alto y cortó el muslo de otra mina con el taco aguja.

En cualquiera de los circuitos funciona el cabeceo. El mismo consiste en hacer un movimiento en diagonal ascendente apuntando hacia la pista mientras estableces contacto visual con una mina (mirar a alguien del público y hacer el movimiento lentamente). Si la mina está de acuerdo con la invitación asiente con la cabeza y espera a que la vaya a buscar. ¡Chicas! no se levanten directamente que si el cabeceo no es para ustedes es un bochorno.

Te acercás a la pista, y muchas veces sin mediar una sola palabra, te fundís en un abrazo. Esto es de lo más lindo del tango, y un tanguero que se precie puede, solo con ese abrazo, saber muchas cosas de la mina con la que está. ¿Estás nerviosa? ¿Está triste? ¿Se bañó? ¿Tiene las tetas operadas? (gesto de tetas con las manos, pausa). Podés saber todo eso antes de saber como se llama.

En las milongas se bailan grupos de 4 tangos, que se llaman tandas y que están separados entre sí por una canción no bailable, que se llama cortina. Una vez que termina la tanda, todos se van de la pista.

Entre tango y tango, dentro de una tanda, la pareja de bailarines tiene unos 20 segundos para tener una pequeña charla. Y, la verdad, nunca supe bien qué decir en esos momentos. Sí les puedo contar que intenté.

Yo: Qué linda tanda
Ella: qué orquesta es?
Yo: ni idea (cara de :-\ )

Yo: "La milonga está re-llena"
Ella: Y?
Yo: (cara de y en donde me meto)

Yo: "La milonga está re-llena"
Ella: Me estás diciendo gorda?

Yo. De dónde sos?
Ella. Eurasia.
Yo. Y eso qué es?

También probé no decir nada. A veces está todo bien, pero no siempre. Es especialmente malo cuando el disk jockey tarda en poner el siguiente tango. Son 5, 10 o 20 segundos fatales. De mirarse sin decir nada.

Lo peor, para mi, es preguntar el nombre de mi bailarina.

Yo: Cómo te llamas? (cara de langa)
Ella: Ya es la cuarta de vez que me preguntás mi nombre.
Yo: ups
Ella: Y a una amigas ya le preguntaste 2 veces
Yo: (hago un pozo con una pala y me entierro)

Aunque a veces zafo un poco más.

Yo: Dejé de preguntar nombres porque siempre me olvido.
Ella: Yo siempre me olvido también. ¿Cómo te llamás?
Yo: Aureliano.
Ella: Mi nombre también es complicado.
Yo: ¿Cómo es?
Ella: Emanuela
Yo: Mi segundo nombre es Emanuel
Ella: ¡Me parece que ya tuvimos esta conversación alguna vez!
Yo: ¡Esto lo voy a poner textual en el monólogo que estoy escribiendo!

Una cosa que me funcionó llamativamente bien es decir "no sé qué decir entre tango y tango", el problema es que como ahora sé que decir, ahora no sé qué decir y ahora que no sé qué decir sé que decir. ¡Bertrand Russell estaría orgulloso de mi!

Y reflexionando sobre esto me di cuenta que de da para hacer de esto un guión y así empecé a hacer standup.