Escuchando el compás, que aunque no siempre se note siempre está ahí.
Variando estilo y distancia del abrazo, pasando desde un tango milonguero, al tango salón y a veces hasta con abrazos típicos del tango nuevo. Todo dentro de un mismo tema.
Dando tiempo a la mujer para que también pueda hacer su propia interpretación y lucirse. Generalmente esos tiempos se dan en las partes más piano, que generalmente son a cargo del violín y/o en el final de la frase musical.
Es muy raro que haga paradas y el sanguchito, aunque si me parece que mi pareja lo quiere puedo llegar a marcar uno.
Giro en la parte ligada y camino usando contratiempos en la parte marcada.
En las pausas no hay cambios de peso, pero trato de mantener un dejo del movimiento que veníamos haciendo justo antes.
La elección del paso y la intensidad depende de la música, la pareja y la pista.
El final generalmente incluye una corrida de 5 o 7 pasos hasta el acorde dominante y quitar toda la tensión cuando suena la tónica suavemente en el piano.